Nacemos siendo un lienzo en blanco pero cada persona que conocemos da su propia pincelada. No importa cuanto ocupe su garabato ni el color que elija al hacerlo.
Las que todo lo dan sin recibir nada a cambio. Las que sonríen para que tu lo hagas aunque sea lo último que quieran hacer en este mundo. Las que aguantan que no hablemos cuando no queremos hacerlo y escuchan cada una de nuestras historias cuando si que tenemos ganas de hablar.
Porque por muchas rosas y bombones que ayer en su día les regalaran, ellas son el mejor de los regalos.
Unos quieren que pasen los meses para llegar a esos esperados 10,18,20 o incluso 50 y otros en cambio volverían atrás solo para no sumar una vela más a su tarta.
Todos tenemos ese día al año, ese día que aprendes cuando aún desconoces la tabla de multiplicar, el día de los 365 que tiene el año en el que para bien o para mal, tu llegaste a este mundo.
Una amiga me dijo el año pasado precisamente cuando yo cumplía años, que felicitara a mi madre de su parte, algo que nunca nadie me había dicho. Y me quede pensando... pensando en que cada bebé que nace es una madre que da a luz, por eso os invito a que lo hagáis, a que como ella, felicitéis por partida doble cada cumpleaños.
-¿Que se siente con...( y a continuación podéis poner el numero que os convenga para la ocasión)?- Preguntan una y otra vez.
-Pues poca cosa la verdad- me dediqué a contestar.
Pero ahora, así, entre tú y yo, creo que tengo una respuesta bastante más larga para esa misma pregunta. Sentir los años ese día por haber nacido exactamente hace esa misma cifra pues no, no me hace sentir nada. Lo que sí que sentí es esa gente, esa misma que está los 364 días restantes ahí y no deja de estarlo ese día. Esa amiga, ,que siempre la ahí ,que espera a que lleguen las 12 para desearte un feliz no cumpleaños. Esas amigas que saben qué es aquello que pueden regalar para conseguir que rías al verlo día sí y día también, quienes siguen cantando el "milakilozorion" y dando palmas como lo hacían cuando los números no llegaban a las 2 cifras...
Por no hablar de la familia, esa que te despierta y tiene ya el desayuno preparado, esa que te miente sólo para darte la mejor de las sorpresas...
Y esas llamadas, de aquellos que siempre te prometes a ti misma que llamarás pero pueden pasar meses sin que llegues a hacerlo y en cambio, llega tu cumpleaños, coges el teléfono y te pones al día y nunca sin un "tengo ganas de verte".
Pedir un deseo y soplar. ¿Porqué que somos sino ilusión y deseos? Los niños están llenos de ilusiones, sueños... Pero soñar no es algo que sólo hacen los niños, porque los sueños, como en los cuentas hay veces que se hacen realidad. Pero en la vida real no ocurre así por ninguna varita mágica ni por las hadas madrinas, sino porque si quieres, puedes.
Creo que los cumpleaños no son más que una excusa para recordar a ese alguien lo que es para ti, un día en el que decimos cosas que no sentimos ese día, sino el resto del año. Pero a todos nos viene bien de vez en cuando que nos reflesquen la memoria.
Me quedo con muchas frases y esta entre ellas:
Y ya puestos a quedarme con algo, me quedo con todos ellos y me los quedo para siempre.