Todos tenemos alas y la capacidad para volar.
Pero nuestros miedos, nuestras raíces y nuestras excusas muchas veces nos impiden hacerlo.
Por eso buscamos la seguridad de un candado,
el sentimiento de pertenencia a un lugar,
la compañía de una persona.
Porque volar no es sólo irse muy lejos,
también es una conversación que te haga pensar,
una comida que nunca hayas probado,
saludar a un desconocido.
Volar es en definitiva,
mirar a nuestro alrededor con otros ojos
y tener las alas abiertas a lo nuevo, lo diferente, lo inesperado.
Dejemos de planear tanto,
para dejarnos llevar un poco más.
también es una conversación que te haga pensar,
una comida que nunca hayas probado,
saludar a un desconocido.
Volar es en definitiva,
mirar a nuestro alrededor con otros ojos
y tener las alas abiertas a lo nuevo, lo diferente, lo inesperado.
Dejemos de planear tanto,
para dejarnos llevar un poco más.