El otro día en las 4 horas de tren que separan Pamplona de Barcelona me pregunté a mi misma porque me encontraba en ese mismo instante decidida a apostar por el diseño orientado a la innovación social y para responderme decidí mirar atrás para después ser capaz de mirar adelante.
Mirando atrás repasé la innovadora metodología y incentivada curiosidad del colegio en el que crecí, la disciplina y capacidad de sacrificio que me dio el patinaje, todos los trabajos de la universidad con el toque "EcoSara", los voluntariados.. Todo ello definido en 3 líneas: Formación, deporte y responsabilidad social y cómo cada una de ellas iba aportando habilidades y competencias a mi ser en las diferentes fases de mi vida (infancia, adolescencia, Universidad, etc); Imaginaros una tabla con 3 filas horizontales y columnas verticales representando estas fases de la vida. Sí, algo de ingeniera tengo aunque no lo parezca.
El caso fue que precisamente entonces, tratando de separar las 3 líneas fue cuando me dí cuenta de que las tres líneas convergían, se mezclaban y retro-alimentaban. Este batiburrillo de adjetivos terminó finalmente tomando forma y definiendo el PORQUÉ, CÓMÓ Y QUÉ hacían que yo, Sara Alonso, sueñe con cambiar el mundo a través del Diseño y crea tener las competencias y sobre todo la ilusión para hacerlo.
Comparto esta reflexión para recomendaros que lo hagáis y que marquéis los pasos o resbalones que os han llevado a donde estáis. A mi, personalmente, me sirvió además para darme cuenta del mucho tiempo que dedico a planear mi futuro y los siguientes pasos y el poco tiempo que paso analizando los pequeños pasos que me han hecho llegar a ese escalón.
Todo ello en un fin de semana multi-cultural donde compartimos distintas realidades, infancias y formas de vida.
Lienzos de personas cuyos colores definen su cuadro pero dejan también su marca en los cuadros de aquellos que están a su alrededor.