Toques de queda, restricciones de personas en la mesa, de movilidad, de aforo... Se han convertido en nuestro pan de cada día y han hecho de estas unas navidades cuanto menos diferentes.
Unas ciudades, que aún con luces, no terminaban de alumbrarse.
Mientras los hogares, tenían la luz encendida muchas más horas que cualquier otro año en estas fechas.
Porque ninguna restricción ni meteorología importa, cuando se trata de estar donde y con quien hay que estar.
Si en el 2020 a alguno no le quedó lo suficientemente claro, el 2021 y Filomena vienen para recordarnos que la incertidumbre es un "qué", pero que de nosotros depende el "cómo".