Cuando da igual que sea lunes,martes o hasta sábado, y en el calendario las hojas parecen ser de plomo para que les cueste tanto pasar... Cuando cuatro horas de cálculo te cansan tanto como un maratón...
Pero como todo, algún día de algo servirá..
Dos más, una semana para coger el tan esperado avión...
Sin duda, nunca un santo había sido tan esperado.
Para los incondicionales y quienes sufren estos exámenes como si de ellos se tratara, para los que aguantan nuestra risa cansada y siempre saben cómo hacer que enseñamos los dientes.
Por ellos, este último empujón.
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