
Dos trenes salen de sus respectivos puntos A y B, cada uno a una velocidad constante, ¿en qué punto se encontrarán?
Puede que pronto, puede que tarde, puede incluso que nunca lo hagan. Así son nuestras vidas/trenes, vivimos, a diferentes velocidades, parando en diferentes estaciones/etapas vitales y tenemos diferentes destinos.
Hay trenes con lo que te cruzas sin darte cuenta, otros que parecen destinados a juntarse para empezar a viajar juntos pero que lo hagan o no depende de muchos más factores que la velocidad.
Porque cada tren, cada uno de nosotros, está lleno de pasajeros con sus respectivas maletas. La vía de la que creemos depender nos limita el "camino estipulado" pero ¿Cuál es ese? O mejor dicho, ¿Cuál es ese para cada uno de nosotros?
Paramos en cada estación un tiempo determinado, largo en la infancia, corto cuando somos jóvenes y largo otra vez cuando el camino se hace más recto y en el tren aparecen nuevos vagones.
Muchos trenes se quedan con las ganas de encontrarse en una estación, otros lamentan haberlo hecho, hay quien también se aferra a esa parada o tren, olvidando que hay tantas opciones como queramos que haya. Cada uno esperando llegar a su destino, a su sueño y a eso por lo que ponen en marcha el tren cada mañana.
Cómo todos los viajes que hacemos, en el de este tren lo importante no es tanto llegar al destino sino disfrutar del camino y de con quienes lo compartimos.
Para en las estaciones el tiempo necesario, mira por la ventana para ver todo lo que tienes alrededor y deja que el tiempo/destino te haga junte o jamás lo haga con esos otros trenes con quienes tiene que hacerlo.
¡FELIZ VIAJE!
- Reflexiones de dos trenes que viajaron, viajan y viajarán juntos.