viernes, 6 de noviembre de 2020

Cuando el mañana no se sabe

El otro día tuve uno de esos "clicks" de consciencia, me ocurrió al darme cuenta de que mis padres hacían la compra online mientras Youtube, mi entrenador oficial, me explicaba el siguiente ejercicio a realizar.

Hace ya más de medio año, sin saber lo mucho que ello implicaría, escribí aquella frase de Neruda, "nosotros, los de antes, ya no somos los mismos". Hoy es una realidad: vivimos diferente, socializamos diferente, saludamos diferente, trabajamos diferente... Somos diferentes.

No tengo claro cómo acabaremos siendo, como tampoco tengo claro nada de lo demás. Lo único que tengo claro es que el tiempo verbal presente ha ganado el pulso a aquel tan usado condicional. Porque ya no se trata de "Si [mañana, el mes que viene, en 2021]...", sino de HOY.


Y no tanto de "¿qué hago hoy?", sino de "¿con quien estoy hoy?", porque ahora más que nunca, no se trata sólo de tiempo, sino de con quienes decidimos pasarlo. Personas seleccionadas a conciencia que forman parte de ese círculo cada vez más pequeño. Personas, que por otro lado, puedes ver hoy pero tal vez estén confinadas mañana.

Por eso, y porque no nos queda otra, necesitamos estar más presentes que nunca con quienes estamos, ya sea a dos metros, con mascarilla o en bicicleta.

Eso sí, os recomiendo haceros con un buen chubasquero o paraguas, porque si bien surfeamos con "éxito" la primera ola, esta segunda nos pilla con unas cuantas terrazas menos en las que conversar, pero por suerte un poco más abrigados por todo lo que hemos vivido ya :)

lunes, 14 de septiembre de 2020

Un verano diferente

Septiembre siempre llega de manera agridulce, lleno de reencuentros y energías renovadas pero con esa pizca de nostalgia que nos hace sentir el decir "hasta la próxima" al verano.


Un "hasta la próxima" que es hoy, más incierto que nunca. No porque el verano no vaya a venir, que lo hará en la fecha indicada, si no porque nuestro "próximo" ya no es 2021, es hoy y es "a ver mañana".


Así de relativo y variable es el tiempo, nuestra ubicación y el propio verano.


Un verano, en el que las largas noches se han transformado en largas caminatas.


Las quedadas con conocidos, en más tiempo con quienes de verdad importan.


Los "tomar lo que sea", en "paseemos un rato".


El distanciamiento social, en el acercamiento natural.


Los largos viajes en "nos vamos y ya teletrabajamos desde allí".



    Y otro montón de cosas más que nos han convertido en nómadas cuyos hogares, han dejado de estar en un sólo lugar, para pasar a estar en todos aquellos lugares en los que están los nuestros.


 

miércoles, 8 de abril de 2020

¿Qué es hogar?

Tras casi un mes en nuestras casas, estas han pasado de ser el "refugio" al que regresar para convertirse en nuestra realidad. Una realidad compuesta por espacios que considerábamos inmutables y ahora, en cambio, constituyen un concepto efímero (comedores-oficina, salones-gimnasio...), transformando así lo que entendemos por "hogar" y todo lo que este tiene para ofrecernos. 


Una ventana se convierte en "balcón", siendo proveedor de Vitamina D y aire puro (sí, puro, porque el aire de Madrid ahora lo es).


Un "balcón" que es a su vez red social no virtual en la que conectar con los vecinos (antes desconocidos) y aplaudir cada día a las 20.00h. Una rutina compartida que nos saca a los balcones para que no pase un día en el que no recordemos ni agradezcamos la admirable labor de todos los superhéroes (de entre los cuales, se encuentran amigos y familia).


A la cita de las 20h, se suman otras tantas nuevas rutinas que han ocupado nuestras agendas: tele-trabajar, acudir a las clases de deporte en streaming, quedadas virtuales... Y un sin fin de actividades que nos ofrecen esta caja cuadrada y el rectángulo que nos conecta con los nuestros.


Una conexión que nos hace sentir muy cerca a quienes tenemos lejos.


Las sonoras calles han dado paso a un gran silencio, que hace que oigamos más alto que nunca nuestro "ruido" interno. Una falta de ruido externo, que a su vez, nos permite escuchar con facilidad algo tan simple y bonito como el cantar de los pájaros (ventajas de vivir tan cerca del cielo).


A los pájaros, se suman las plantas que inundan los hogares y nos recuerdan, que aunque a veces cueste diferenciar en que día vivimos, tanto ellas como nosotros crecemos cada día.


Porque si algo nos vamos a llevar de todo esto es una gran lección vital y un buen cumulo de experiencias que se quedarán con nosotros y con quienes nos acompañan para siempre.


Compañeros de piso, amigos, novios, maridos/mujeres, hermanos... Personas con las que compartimos espacio, recetas, consejos y sobretodo energía. Una cantidad de energía "constante" que compone nuestro hogar en la que cuando la energía de alguna de las partes baja, la otra sube para encontrar el equilibrio.


Una energía que recargamos con todas esas tareas que ahora llenan nuestros días y alimentan nuestras almas. Tareas, que curiosamente, llevaban tiempo como "pendientes" pero para las cuales nunca "tuvimos tiempo" o mejor dicho, nunca priorizamos en el tiempo. 



Un tiempo, que es hoy más que nunca incierto, "¿cuándo volveremos a la "normalidad"?" No lo sabemos, pero si algo tengo claro es que, como decía Neruda:

"Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos".

domingo, 15 de marzo de 2020

"Paren las rotativas"

 El mundo está parando, cambiando y con él, nosotros mismos. En tiempos de niebla e incertidumbre, en nuestra mano queda, más que nunca, buscar la "luz del sol".


La pausa ya no es una opción, sino una obligación. Por nosotros y los nuestros, por los más vulnerables, por los sanitarios y sobretodo, por formar parte de ese gran grupo llamado "ciudadanos del planeta Tierra".
  

Quedarse en casa es la única opción para la gran mayoría de nosotros. Meternos en nuestra propia burbuja por, al menos, 14 días. Una burbuja llena de películas, libros, recetas, esterillas y sobretodo, llamadas.


Llamadas que nos acercan cuando los cafés, las cañas y los abrazos no pueden tener lugar. Llamadas que, curiosamente, llegan a través de las mismas pantallas que en tantas ocasiones, nos han alejado de quienes teníamos en frente.


Por eso, hoy, más que nunca, es momento de valorar a los nuestros. De aprender de esos peludos que saludan siempre con la misma emoción aunque acabes de salir de casa.


Es tiempo también de mirar a nuestro alrededor, pero hacerlo con nuevos ojos. Porque cuando salgamos de casa, no querremos ir a las tiendas, sino al mar, a la montaña y a esos lugares que tan bien nos hacen sentir.


Por todo lo anterior, si algo tengo claro es: cuidémosnos (a nosotros mismos, a los nuestros y a este planeta).


¡Que disfrutes del sol de tu propia burbuja!